¿Quién mató a Lucrecia en la miniserie Las Maldiciones?
En el final de Las Maldiciones se revela el oscuro secreto detrás del asesinato de Lucrecia y sus implicaciones familiares.
La miniserie argentina Las Maldiciones ha mantenido a la audiencia al borde del asiento, combinando intriga política, secretos familiares y giros inesperados. Cada episodio ha profundizado en los oscuros vínculos entre los personajes, mientras el poder, la ambición y la traición marcan el destino de la familia Rovira y quienes los rodean. El desenlace, cargado de revelaciones, dejó a todos los espectadores con la boca abierta.
La verdad sobre Zoe
Uno de los giros más fuertes del final fue la revelación de que Zoe no era hija biológica de Fernando, sino de su asesor, Román Sabaté. Este descubrimiento no solo reconfigura toda la historia, sino que explica muchas de las decisiones de Román: su odio contenido, su resentimiento y, finalmente, su plan para arruinar la carrera política del gobernador. La noticia cambia completamente la percepción de la dinámica familiar y de las intrigas que se venían desarrollando.
El secuestro de Zoe y la intención de Román
Román secuestra a Zoe, pero no para hacerle daño, sino con el objetivo de liberarla del engranaje de poder que siempre la utilizó como símbolo y no como persona. Aunque en algunos momentos parece que su vida corre peligro, finalmente padre e hija logran escapar juntos, buscando un futuro lejos de la manipulación y el poder que caracterizó a la familia Rovira.
¿Quién mató a Lucrecia?
No se puede hablar del final sin mencionar a Irene, la madre de Fernando, probablemente el personaje más maquiavélico de la serie. Se revela que fue ella quien ordenó el asesinato de Lucrecia, la madre de Zoe, para evitar que la verdad sobre la paternidad saliera a la luz. Su temor era que el escándalo destruyera la imagen de su hijo, justo cuando su carrera presidencial tomaba fuerza. Su frase más simbólica, "Zoe arruinará el legado de Fernando", refleja que lo único que le importaba era el poder, incluso si eso implicaba matar a su nuera y entregar a su "nieta" al enemigo.