Netflix ha traído a la pantalla historias crudas y realistas sobre problemáticas actuales, y Adolescencia no es la excepción. La miniserie británica sigue a Jamie Miller, un adolescente acusado de asesinar a una compañera de escuela, mientras la investigación revela su vinculación con comunidades incel en línea. La historia, filmada en un formato de interrogatorio y análisis psicológico, muestra cómo estos espacios pueden moldear las creencias de los jóvenes y llevar a consecuencias devastadoras. Pero, ¿qué significa realmente el término incel y cómo ha evolucionado con el tiempo?

¿Qué es un incel?

El término "incel" es la abreviación de "involuntary celibate" (célibe involuntario) y se originó en 1997 cuando una mujer canadiense creó un foro de apoyo para personas que se sentían solas o tenían dificultades para establecer relaciones. Con el paso de los años, el concepto fue apropiado por comunidades de hombres en foros de internet, donde evolucionó hasta convertirse en una subcultura marcada por discursos de odio, misoginia y victimismo. En muchos casos, la frustración personal de sus integrantes se traduce en rechazo hacia las mujeres y la sociedad en general.

¿Cómo se vinculan los incels con la violencia?

Si bien no todos los que se identifican como incels adoptan posturas extremas, algunas facciones dentro de esta comunidad han fomentado discursos peligrosos. Estudios como el de la Comisión para la Lucha contra el Extremismo en Reino Unido han señalado que los incels forman parte de un ecosistema de radicalización en línea, donde la violencia se presenta como una respuesta a la frustración percibida. En algunos casos, individuos vinculados a esta ideología han perpetrado ataques, lo que ha llevado a gobiernos y organizaciones a considerar la cultura incel como un factor de riesgo en la prevención del extremismo.

El término incel ha pasado de ser una expresión de descontento individual a convertirse en un símbolo de movimientos con fuertes cargas ideológicas. Las investigaciones académicas sobre este fenómeno destacan que su discurso se alimenta de conceptos como la hipergamia femenina (la creencia de que las mujeres eligen parejas según su estatus) y la jerarquía basada en la apariencia física. Al tratarse de un problema social y psicológico complejo, la solución requiere un enfoque integral que aborde la educación afectiva, la inclusión social y la regulación de comunidades tóxicas en internet.