El 30 de enero de 1969, The Beatles dieron uno de los conciertos más emblemáticos de la historia de la música. En la azotea de sus estudios Apple Records en Londres, los Fab Four ofrecieron su última actuación pública, sin saber que sería la última.

La presentación duró solo 42 minutos, pero dejó una huella imborrable. "Me gustaría decir gracias en nombre de la banda y espero que hayamos pasado la audición", dijo irónicamente John Lennon antes de despedirse.

Concierto The Beatles en la terraza de Londres

Este inesperado show fue una suerte de catarsis para los miembros de la banda, quienes llevaban casi tres años sin tocar en vivo. Interpretaron temas como "Get Back", "Don't Let Me Down", "One After 909", "Dig a Pony" y "I've Got a Feeling".

Lo que comenzó como un momento espontáneo y al aire libre se transformó en un símbolo de rebeldía contra los conciertos tradicionales. Este evento fue una muestra de la creatividad sin límites que caracterizó a The Beatles.

El concierto fue grabado para el documental "Let it Be", dirigido por Michael Lindsay-Hogg. Ese proyecto nació con el objetivo de reunir a los miembros de la banda, que se encontraban distanciados por sus diferencias internas. En 1970, el documental se estrenó y el grupo se disolvió poco después.