La película El club del crimen de los jueves llegó a Netflix con gran éxito y, junto con ella, volvió a poner en el centro de la escena a Pierce Brosnan, uno de los galanes más recordados de Hollywood. A sus 72 años, el actor irlandés sigue brillando con su elegancia característica y sorprende también por la pasión que cultiva fuera de las cámaras.

Brosnan conserva el porte distinguido que lo convirtió en ícono mundial durante su paso por la saga de James Bond. Su genética privilegiada y un estilo de vida equilibrado hacen que siga viéndose impecable en cada aparición pública. Sin embargo, más allá de la etiqueta de galán, se lo reconoce hoy como un hombre resiliente y multifacético, capaz de reinventarse tanto en su vida profesional como personal.

¿Quién es Brosnan más allá del cine?

Nacido en Irlanda en 1953, el actor atravesó una infancia marcada por el abandono paterno y las ausencias de su madre. Aunque en un principio quiso dedicarse a la pintura, encontró en la actuación su gran destino. Su carrera se consolidó en los años ochenta con Remington Steele y luego en la pantalla grande, hasta convertirse en uno de los Bond más queridos de la saga. Pero el arte nunca quedó de lado: desde hace décadas, la pintura lo acompaña como refugio y como forma de expresión personal.

La biografía de Brosnan también está atravesada por tragedias. Perdió a su primera esposa, Cassandra Harris, y años más tarde a su hija adoptiva Charlotte, ambas víctimas del cáncer. Esas experiencias lo marcaron profundamente, pero encontró en la pintura, en sus hijos y en su segunda esposa, Keely Shaye Smith, la fuerza para seguir adelante. Hoy, la pareja comparte su vida entre Malibú, Irlanda y Hawái, disfrutando de una familia consolidada.

¿Qué proyectos lo apasionan en el presente?

Aunque sigue activo en el cine -como lo demuestra su reciente protagónico en Netflix-, Brosnan dedica cada vez más tiempo a su faceta artística. Sus exposiciones han recorrido distintas galerías y él mismo confiesa que, en un futuro cercano, sueña con instalarse en París para perfeccionar su técnica como pintor. Así, entre rodajes, familia y lienzos, el actor demuestra que su presente es tan inspirador como su extensa trayectoria.