El día que Ayrton Senna salvó la vida a otro piloto: ¿qué pasó realmente?
Ayrton Senna demostró su valentía al salvar la vida de Erik Comas en un acto heroico durante los entrenamientos del Gran Premio de Bélgica de 1992.
La reciente serie de Netflix sobre la vida de Ayrton Senna ha reavivado la conversación sobre su legado en la Fórmula 1, recordando no solo sus victorias y su destreza al volante, sino también su valentía fuera de la pista. Uno de los momentos más conmovedores de su carrera ocurrió durante los entrenamientos del Gran Premio de Bélgica de 1992, cuando el piloto brasileño salvó la vida de su rival Erik Comas tras un espantoso accidente en la curva de Blanchimont.
Comas, a más de 300 km/h, perdió el control de su coche y chocó contra las barreras, quedando inconsciente con el pie sobre el pedal del acelerador. El coche quedó en una situación peligrosa, con combustible derramándose y riesgo de incendio. Fue en ese momento cuando Senna, quien estaba en la pista, reaccionó rápidamente, dejando de lado el peligro que corría. Consciente de que cada segundo contaba, se detuvo inmediatamente y se dirigió hacia el vehículo de su compañero de profesión.
Senna no solo arriesgó su vida al adentrarse en una zona todavía no asegurada, sino que, con gran rapidez, cortó los circuitos eléctricos del coche de Comas para evitar un posible incendio. Al hacerlo, se aseguró de que su rival estuviera a salvo, antes de la llegada del equipo médico. La acción fue un claro reflejo de la valentía de Senna y de su profundo sentido de camaradería, que trascendía la competencia feroz en la pista.
El jefe médico de la Fórmula 1 en ese entonces, Sid Watkins, destacó la intervención de Senna como un ejemplo de preparación y conciencia sobre la seguridad. En su autobiografía, Watkins recordó cómo el brasileño le entregó el casco de Comas y le mencionó que había sujetado el cuello de su compañero para asegurarse de que pudiera respirar. Aunque Senna era conocido por su agresividad en la pista, su preocupación por la seguridad de sus colegas era evidente, lo que le valió el reconocimiento incluso fuera de la competencia.
La historia de ese día en Spa-Francorchamps quedó grabada en la memoria de Comas, quien, al despertar en el hospital, descubrió que su salvador había sido nada menos que Ayrton Senna. Pasaron años hasta que el piloto francés pudo hablar abiertamente sobre lo que sucedió, y aunque su carrera se vio marcada por el trauma de aquel accidente, siempre tuvo presente el gesto heroico de Senna. La historia de este acto de heroísmo no solo resalta el carácter de Senna como piloto, sino también como ser humano.
El trágico destino de Senna en el Gran Premio de San Marino en 1994, cuando perdió la vida en un accidente durante la carrera, hace que esta historia sea aún más conmovedora. En ese fatídico fin de semana, Comas estuvo presente en el circuito, pero lo que no sabía era que, en ese momento, otro piloto al que había visto salvarle la vida estaba cerca de su fin. La muerte de Senna dejó una marca imborrable en la F1, pero también consolidó la memoria de su valentía y solidaridad, elementos que seguirían siendo recordados por años.