Azrael, una audaz cinta de terror que se destaca por su ausencia de diálogos. Ambientada en un mundo postapocalíptico. 

La protagonista, interpretada por Samara Weaving, se enfrenta a un entorno hostil, habitado por otros sobrevivientes  que buscan capturarla y entregarla a criaturas que comen seres humanos. Katz comenta en medio La Vanguardia sobre el desafío de filmar sin comunicación verbal: "Rodar una película muda fue muy complejo. A pesar de la acción, los actores a veces se encontraban bloqueados por la falta de diálogo".

El director reflexiona sobre la importancia del lenguaje: "Lo que nos define como humanos y nos permite sobrevivir es la comunicación. Sin ella, nos volvemos más vulnerables". Curiosamente, solo uno de los personajes se expresa en una escena mediante un idioma inventado, una variante del esperanto, simbolizando la esperanza de entendimiento y paz.

A pesar de la escasez de palabras, Katz no escatima en los elementos del género. Azrael está repleta de sangre, monstruos y descuartizamientos. El cineasta asegura: "Me gusta llevar al espectador en un viaje emocional, una montaña rusa que captura la esencia del cine de terror. Amo La matanza de Texas por su maestría en ese viaje lleno de altibajos".