Cien años de soledad, final explicado: ¿muere Aureliano Buendía?

El estreno en Netflix la serie basada en el emblemático libro Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, narra la compleja historia de la familia Buendía a lo largo de un siglo. El relato, está marcado por la maldición de la soledad y la infelicidad que atraviesa las generaciones de esta familia. Uno de los más personajes más destacados es Aureliano Buendía.

¿Muere Aureliano Buendía?

A medida que la serie avanza, cada episodio presenta nuevos desafíos y tragedias que los propios personajes, en su mayoría, provocan. En el octavo episodio, que marca el final de la primera parte, los eventos ocurren a tal velocidad que parece que han pasado años desde que la historia comenzó, dejando al público con muchas preguntas sobre el futuro de los Buendía.

Uno de los momentos más impactantes de la serie es la muerte de Aureliano Buendía, el último de los Buendía que parece estar atrapado en la misma espiral de soledad y tristeza que marcó la vida de sus ancestros. A lo largo de los episodios, vemos a Aureliano sumido en su aislamiento, una figura solitaria que pasa la mayor parte de sus días en el laboratorio, un lugar que recuerda a su juventud.

En su laboratorio, Aureliano se dedica a crear peces de oro, un pasatiempo que le recuerda a Remedios, la bella, la joven que falleció poco después de casarse con él, embarazada de gemelos. A pesar de que los hijos de Aureliano, fruto de sus relaciones durante la guerra, regresan al hogar, el protagonista no logra liberarse de su naturaleza solitaria.

La muerte de Aureliano Buendía

La vida de Aureliano Buendía se convierte en una repetición de los mismos errores y patrones que marcaron la existencia de su padre, José Arcadio Buendía. Aunque no termina atado a un árbol como su progenitor, Aureliano se aísla aún más de su familia. En lugar del árbol de castaño que lo rodeaba en su juventud, el laboratorio se convierte en su refugio, el lugar donde pasa los últimos años de su vida.

La muerte de Aureliano Buendía, cuando finalmente llega, no es una sorpresa para el espectador, sino el inevitable desenlace de una vida marcada por la soledad. Al igual que su padre, Aureliano muere solo, en un laboratorio que simboliza su desconexión con el mundo.