Cien años de soledad: ¿Por qué Rebecca come tierra?
La vida de los Buendía en la serie despertó las incógnitas de los espectadores. La explicación.
El reciente estreno de la serie de Netflix basada en Cien Años de Soledad, la obra maestra de Gabriel García Márquez, ha generado un renovado interés por los misterios y simbolismos de Macondo. Entre los personajes que más despiertan curiosidad se encuentra Rebeca, la huérfana que llega al hogar de los Buendía con un pasado enigmático y una extraña costumbre: comer tierra.
¿Por qué Rebecca come tierra?
Rebeca aparece en la historia tras la muerte de sus padres, Nicanor Ulloa y Rebeca Montiel, aunque ni José Arcadio Buendía ni Úrsula Iguarán tienen recuerdos claros de estos parientes. Su origen incierto ya plantea interrogantes, y su hábito de comer tierra y trozos de pared añade un elemento perturbador que nunca es completamente explicado.
Según la serie y el libro, este comportamiento es ignorado inicialmente como una manía infantil, pero su persistencia apunta a algo más profundo. Una de las teorías más aceptadas es que su costumbre de comer tierra refleja un trauma no resuelto.
Las teorías alrededor de Rebecca
La muerte de sus padres y el traslado a un entorno desconocido como Macondo habrían dejado a Rebeca emocionalmente desorientada. "La tierra parece ser su única conexión con algo familiar", sugieren los especialistas en la narrativa de García Márquez. Este hábito se intensifica en momentos de estrés, como durante la plaga de insomnio en Macondo o su frustrado amor por Pietro Crespi.
Otro enfoque señala causas físicas. Rebeca llega a Macondo desnutrida y con signos de anemia, lo que podría estar relacionado con el trastorno conocido como pica, en el que las personas consumen sustancias no comestibles. En lugar de recibir atención médica, Úrsula utiliza remedios caseros que solo mitigan el problema superficialmente. Así, el hábito se convierte en una parte arraigada de su vida, una manifestación de su lucha interna.
Más allá de las explicaciones médicas o emocionales, la serie de Netflix destaca cómo el hábito de Rebeca simboliza su aislamiento y sus pasiones. Desde su llegada a Macondo hasta su matrimonio con José Arcadio, su relación con la tierra evoluciona en paralelo a sus emociones más intensas. Curiosamente, después de casarse y abandonar la casa Buendía, esta peculiaridad desaparece, como si su nueva vida cerrara ese capítulo de angustia y soledad.