Ciudad Tóxica: final explicado
La producción que es furor en Netflix tuvo una resolución que alteró a los fanáticos.
En los últimos minutos de Ciudad Tóxica, la tensión alcanza su punto máximo cuando el juez emite el veredicto. Tras años de batalla legal, las madres de Corby logran lo que parecía imposible: demostrar que el ayuntamiento y las empresas responsables de la contaminación fueron negligentes. El fallo a su favor reconoce la relación entre la exposición al polvo tóxico y las malformaciones congénitas. Un triunfo histórico, pero con un sabor agridulce.
El desenlace de una lucha incansable
Uno de los momentos más impactantes es el testimonio de Tracey, cuya hija falleció poco después de nacer. Su relato, lleno de dolor y determinación, conmueve a todos en la sala y es clave para inclinar la balanza. A su vez, el descubrimiento de un error en los cálculos científicos del ayuntamiento desmonta su defensa. La negligencia queda expuesta y la justicia, por fin, parece prevalecer.
Una victoria con cicatrices
A pesar del fallo favorable, la serie no romantiza la victoria. La compensación económica no puede revertir los daños irreparables ni devolver la vida a los niños fallecidos. En una de las escenas finales, Susan y Tracey visitan el cementerio. Es un momento de duelo, pero también de reconocimiento mutuo: su lucha no fue en vano, aunque el dolor siga presente.
El epílogo deja abierta una pregunta incómoda: ¿se aprendió algo de lo ocurrido en Corby? La serie deja claro que, aunque este caso quedó en la historia, tragedias similares siguen ocurriendo. La contaminación ambiental y la corrupción continúan afectando a comunidades vulnerables en todo el mundo.
Ciudad Tóxica cierra con una sensación de justicia parcial. Una victoria legal que expuso la verdad, pero que no puede borrar el sufrimiento. Un recordatorio de que, a veces, ganar en los tribunales no significa ganar la batalla.