¿Cómo era el embarazo en tiempos vikingos?: fuerza, riesgo y valentía en una época hostil
Un hallazgo arqueológico revela cómo vivían el embarazo las mujeres vikingas.
Durante siglos, la imagen de la mujer vikinga ha estado rodeada de mitos: algunas veces como figuras pasivas en un mundo de hombres, otras como heroínas legendarias. Pero, ¿cómo era vivir un embarazo en esa sociedad feroz y guerrera? Un nuevo estudio arqueológico, realizado por investigadoras del Reino Unido, revela detalles inesperados y conmovedores sobre lo que implicaba estar embarazada en tiempos vikingos, entre rituales, leyes crueles y escenas de coraje extremo.
Entre los hallazgos más impactantes se encuentra una figurilla del siglo X desenterrada en Suecia: representa a una mujer embarazada con armadura, lista para luchar. La imagen desafía todas las ideas preconcebidas sobre fragilidad maternal. En lugar de esconderse, ella porta casco y armas, como si el embarazo no fuera una pausa, sino una prueba más dentro de un mundo de batallas. Esa figura no es una excepción. Las investigadoras Marianne Hem Eriksen y Katherine Marie Olley, de las universidades de Leicester y Nottingham, encontraron en textos antiguos y tumbas señales claras de que la gestación no alejaba a las mujeres del conflicto, sino que las convertía en símbolos de una fortaleza brutal y silenciosa.
¿La maternidad era protección o condena?
Sin embargo, no todo era honor y valentía. Las leyes de la época revelan una realidad mucho más cruda. Para muchas mujeres, sobre todo las esclavizadas, el embarazo no era un motivo de cuidado, sino una sentencia. Los hijos nacidos bajo esas condiciones eran considerados propiedad de los amos, y la gestación se catalogaba como un "defecto" legal. Lejos de proteger a las futuras madres, la sociedad vikinga exponía a muchas de ellas a la explotación más brutal.
Las tumbas también cuentan una historia difícil de ignorar. En una era con altísimos índices de mortalidad materna e infantil, resulta llamativo lo escaso de los entierros conjuntos de madre e hijo. En algunos casos, los restos de los bebés ni siquiera fueron depositados en cementerios, sino escondidos en los hogares, como si el duelo por su pérdida no mereciera el mismo ritual. ¿Fue olvido, discriminación o miedo? Las respuestas siguen siendo ambiguas, pero las pistas son elocuentes.
¿Qué papel jugaba el embarazo en las leyendas vikingas?
Pese a ese entorno hostil, las sagas vikingas no ocultan relatos donde el embarazo se mezcla con la épica. En uno de ellos, un feto es presentado como un guerrero destinado a vengar la muerte de su padre. En otro, el personaje de Freydis, embarazada en pleno conflicto, decide no huir. En su lugar, se arranca la ropa, se golpea el pecho con una espada y logra intimidar a sus enemigos. Su valentía no solo inspira, sino que aparece reflejada en estatuillas y crónicas como símbolo del poder femenino en su máxima expresión.
Este estudio no solo redibuja el rol de la mujer en la cultura vikinga, sino que pone en tela de juicio los estereotipos sobre maternidad y debilidad. En un mundo donde sobrevivir era una hazaña diaria, las mujeres gestantes no fueron un símbolo de fragilidad, sino de lucha, resiliencia y decisión. Una historia olvidada que, finalmente, vuelve a ser contada.