¿Cómo Júpiter salvó a la humanidad de una extinción como la de los Dinosaurios?
El Gigante del Sistema Solar salvó hace menos de 30 años a todo el planeta Tierra.
En julio de 1994 el universo entero miró hacia Júpiter. No era una simple observación astronómica: un cometa partido en pedazos iba a chocar de frente contra el planeta más grande del Sistema Solar. La noticia dio la vuelta al mundo y el evento se convirtió en un espectáculo cósmico que nadie quería perderse.
El asteroide que chocó con Júpiter
El protagonista fue Shoemaker-Levy 9, un cometa descubierto un año antes por Carolyn y Eugene Shoemaker junto a David Levy. Lo que lo hizo único fue que no era una bola de hielo y polvo solitaria: la poderosa gravedad de Júpiter lo había atrapado y destrozado, dejando una cadena de más de 20 fragmentos que parecían un tren galáctico viajando directo a la colisión.
Entre el 16 y el 22 de julio, esos fragmentos se estrellaron a más de 200.000 kilómetros por hora contra la atmósfera de Júpiter. Las explosiones fueron tan brutales que liberaron energía equivalente a millones de bombas atómicas, generando llamaradas que incluso los telescopios desde la Tierra pudieron registrar en tiempo real.
El impacto dejó huellas visibles: enormes manchas oscuras, más grandes que la Tierra, que permanecieron durante semanas en la superficie de Júpiter. Para los astrónomos fue como abrir una ventana a los secretos del planeta, ya que los choques permitieron analizar capas profundas de su atmósfera que normalmente permanecen ocultas.
El paraguas Júpiter
Pero más allá de lo científico, Shoemaker-Levy 9 dejó una enseñanza clave: los cometas y asteroides no son solo decorado espacial, también pueden convertirse en amenazas. El evento recordó que Júpiter actúa como un "paraguas cósmico", atrayendo o desviando cuerpos que de otro modo podrían acercarse a la Tierra.
Treinta años después, la caída de Shoemaker-Levy 9 sigue siendo uno de los espectáculos espaciales más impresionantes jamás vistos. Fue una mezcla de ciencia, drama y show natural que marcó a toda una generación y nos recordó que el espacio no está tan lejos como pensamos: es un escenario vivo, lleno de choques y sorpresas.