¿Cómo Mondo Duplantis supera sus récords?: la ciencia detrás de la impresionante hazaña
El sueco Mondo Duplantis combina velocidad, técnica y ciencia para superar los límites del salto con garrocha y desafiar lo posible.
El mundo del atletismo volvió a presenciar un momento histórico. Armand "Mondo" Duplantis, el sueco que ha convertido el salto con garrocha en un espectáculo de precisión y fuerza, volvió a superar su propia marca con un vuelo que dejó sin aliento a Bruselas: 6,30 metros. Una cifra que parece sacada de un laboratorio y no de un cuerpo humano. Sin embargo, detrás de esa imagen de facilidad hay horas de entrenamiento, ciencia aplicada y una obsesión constante por perfeccionar hasta el más mínimo detalle.
Armand "Mondo" Duplantis breaks the world record Pole Vault clearing the bar at 6.30m %uD83E%uDD2F pic.twitter.com/zVtt1PRq8k
— Dudes Posting Their W's (@DudespostingWs) September 17, 2025
Lo que para el espectador es un segundo de gloria, para él es una ecuación que lleva décadas resolviendo. Nacido en una familia de deportistas, con un padre garrochista y una madre heptatleta, creció entre colchonetas y pértigas en el jardín de su casa en Luisiana. Esa infancia marcada por el salto le dio no solo técnica, sino también un repertorio de experiencias que hoy le permite concentrarse en lo que otros aún están aprendiendo: la velocidad, la biomecánica y la postura en el aire.
¿Qué hace diferente su técnica?
A diferencia de sus rivales, Duplantis corre con una rapidez que sorprende incluso a velocistas profesionales. Antes de impulsarse, alcanza casi los 10 metros por segundo, una velocidad que multiplica la energía disponible para el salto. Esa aceleración, sumada a la capacidad de doblar garrochas más duras que las de sus competidores, le permite acumular una elasticidad extra que se convierte en altura. No se trata solo de correr más rápido, sino de transformar esa energía en un arco corporal perfecto, donde su centro de masa se coloca por debajo de su cuerpo, ganando centímetros invisibles a simple vista.
La física explica gran parte de su éxito. Cada fase del salto (la carrera, la flexión de la pértiga, el arqueo del cuerpo y el empuje final con los brazos) está optimizada. Sus zapatillas, diseñadas especialmente para él, aportan un agarre que le da un margen adicional de seguridad. Y aunque la técnica se estudia en todos los manuales de atletismo, la diferencia está en que Duplantis la ejecuta como si fuera un acto instintivo, casi natural.
¿Existe un límite humano?
Los expertos señalan que ningún ser humano podrá alcanzar los ocho metros que marca la teoría, incluso con las condiciones más favorables. Con las pérdidas inevitables de energía y el desgaste físico, el techo real estaría entre los 6,4 y 6,5 metros. Eso significa que Duplantis ya camina por el borde de lo posible. Sin embargo, su trayectoria demuestra que cada vez que alguien dice "hasta aquí", él encuentra la manera de arañar unos centímetros más.
La pregunta, entonces, no es si Duplantis puede romper de nuevo un récord, sino cuándo lo hará. Hasta ahora lleva más de treinta competencias ganadas de manera consecutiva y no parece que tenga intenciones de frenar. Su historia confirma que el atletismo no solo se trata de fuerza y talento, sino también de física aplicada, innovación tecnológica y una disciplina que roza la obsesión. Y mientras siga en carrera, el límite seguirá siendo un misterio.