¿Cómo termina "Legado" de Netflix? Final explicado y todos los detalles
El drama familiar español que arrasa en Netflix terminó con un giro inesperado y muchas preguntas sin resolver.
Legado, la serie española protagonizada por José Coronado, se convirtió en un fenómeno en Argentina desde su estreno en Netflix. Su final ambiguo dejó a los espectadores divididos, revelando que la lucha familiar no era por dinero, sino por control y poder.
Nadie es quien aparenta ser
Al comienzo, Federico Seligman parece un patriarca decepcionado por el comportamiento de sus hijos en la empresa familiar. Pero, a medida que avanza la historia, queda claro que todos en la familia juegan sucio y nadie es del todo inocente.
Lo que parecía un drama de sucesión se transforma en un complejo entramado de corrupción, secretos militares y manipulación mediática.
Un crimen tapado, una verdad silenciada
La muerte del periodista Bruno Escudero, al que asesinan cuando investigaba un caso de narcotráfico en el ejército, es el punto de quiebre. Aunque su colega Andrés intenta denunciarlo, su propio padre, Federico, le prohíbe publicar la historia.
El motivo no es ético: Federico negocia un acuerdo con el gobierno, beneficiándose a costa de encubrir un crimen. Su famosa frase -"lo importante no es el dinero, es el poder"- resume la lógica con la que se manejan los Seligman.
Un final abierto y una decisión clave
El último episodio culmina en la firma de un acuerdo con un fondo extranjero, asegurando la continuidad de la empresa. Pero lo más tenso ocurre con Lara, la hija menor, quien tiene en sus manos la entrevista de su padre donde admite haber silenciado la verdad.
Aunque no vemos si la difunde o no, todo indica que sí lo hace. Ese gesto podría destruir la reputación de la familia o iniciar una nueva etapa de redención y transparencia. O ninguna de las dos.
¿Qué nos dejó Legado de Netflix?
La serie no entrega respuestas fáciles. Plantea que las familias poderosas, como los Seligman, están dispuestas a todo por mantener su lugar. Incluso a manipular la historia y callar a los que intentan contarla.
Con muchos cabos sueltos, los fanáticos ya especulan con una segunda temporada que permita ver las consecuencias de la decisión de Lara. Mientras tanto, Legado deja un mensaje claro: cuando el poder manda, la verdad siempre está en riesgo.