¿Dónde se filmó la serie francesa Néro, el nuevo estreno de Netflix?
Netflix estrena Néro, una serie histórica que transporta al espectador a la Francia del siglo XVI y a paisajes que quitan el aliento. Estas son sus locaciones.
Este miércoles, Netflix estrenará Néro, una miniserie de ocho episodios que combina acción, drama y una historia familiar intensa ambientada en 1504. La producción sigue a Néro, un asesino implacable, que debe proteger a su hija de enemigos mortales y fuerzas oscuras. Desde las primeras escenas, con combates de esgrima, castillos y paisajes mediterráneos, quedó claro que los escenarios serían protagonistas tanto como los personajes. Esto despertó la curiosidad de los espectadores: ¿en qué lugares reales se filmó la serie?
¿Qué rincones del sur de Francia aparecen en la pantalla?
La serie se rodó en varias regiones del sur de Europa para capturar la autenticidad de la época. En Francia, los Pirineos Orientales fueron un punto clave, incluyendo el Château d'Aubiry en Céret, el Fort de Bellegarde y la imponente Forteresse de Salses en Salses-le-Château. La ciudad de Perpiñán, con su mezcla de arquitectura medieval y moderna, también sirvió para recrear escenas urbanas y naturales, mientras que Niza y Menton aportaron la luz y los paisajes icónicos de la Riviera Francesa. Cada locación permitió que la serie combinara la majestuosidad histórica con la belleza costera del Mediterráneo.
Perpiñán.
¿Se filmó fuera de Francia?
Sí. Para ampliar la paleta visual y mostrar la diversidad mediterránea, la producción se trasladó a Ventimiglia Alta, en Liguria, Italia, donde el casco antiguo y los miradores sirvieron de escenario para algunas secuencias clave. España también formó parte del recorrido: Barcelona y Valencia ofrecieron barrios históricos, calles emblemáticas y playas que se integraron perfectamente en la narrativa, sumando autenticidad y variedad geográfica a la historia de Néro.
Ventimiglia Alta.
El rodaje comenzó en la primavera de 2024 y se extendió hasta finales del verano del mismo año. Gracias a la elección de locaciones históricas y a la atención al detalle, la miniserie logra transportar al público directamente al año 1504. Castillos, fortalezas y ciudades mediterráneas no solo funcionan como telón de fondo, sino que se convierten en personajes que amplifican la tensión y la belleza visual de cada episodio.
La variedad de escenarios, desde los fuertes medievales franceses hasta las calles históricas de España e Italia, permite que Néro combine la intensidad de la acción con la riqueza visual del Mediterráneo.