Además de su historia conmovedora, Un hombre abandonado atrapó a los espectadores por la fuerza de sus escenarios. La película turca, dirigida por Çagri Vila Lostuvali y protagonizada por Mert Ramazan Demir, eligió locaciones que aportaron realismo y un aire nostálgico a la trama. El rodaje se llevó a cabo íntegramente en Turquía, con Estambul como escenario principal.

Escenarios icónicos de Estambul

El equipo de producción filmó en barrios históricos como Arnavutköy, en el distrito de Beikta, famoso por sus casas de madera de estilo Art Nouveau. También se usaron locaciones en Beykoz, donde destacan monumentos como el Anadoluhisar, el pabellón Küçüksu y el Palacio del Jedive. La imponente vista del Puente del Bósforo completó la atmósfera de la película.

La elección de estos lugares no fue casual. Estambul, con su mezcla de tradición y modernidad, se convirtió casi en un personaje más de la historia. Sus paisajes transmitieron la dualidad que atraviesa Baran: un hombre atrapado entre su pasado y la posibilidad de un nuevo futuro.

La experiencia del rodaje

La filmación comenzó en julio de 2024 bajo el título provisional Tamir Adam y finalizó en agosto del mismo año. Según trascendió, tanto el elenco como el equipo disfrutaron de una experiencia cercana y enriquecedora, algo que se reflejó en pantalla con escenas cargadas de autenticidad.

Gracias a esta producción, Turquía reafirma su lugar como epicentro creativo de la industria audiovisual. Estambul ya había sido escenario de grandes títulos como Mi padre y mi hijo o Milagro en la celda número 7, y ahora con Un hombre abandonado vuelve a conquistar al público internacional desde Netflix.