El Juego del Calamar 2: la verdad sobre el Jugador 246
El destino de Jugador 246 es trágico, dejando a los fans con el corazón roto. Gyeong-seok, un personaje que solo deseaba salvar a su hija, se ve despojado de esa oportunidad.
El personaje de Park Gyeong-seok, conocido como Jugador 246, se ha convertido en uno de los favoritos de los fanáticos en la segunda temporada de El Juego del Calamar. A pesar de no ser uno de los protagonistas principales, su lealtad y sacrificio por su hija han capturado el corazón de la audiencia.
Gyeong-seok es un padre soltero y artista callejero, cuya vida gira en torno a su hija, Na-yeon, quien padece leucemia. Esta enfermedad requiere un trasplante de médula ósea, algo que no está cubierto por su seguro de salud.
La situación se complica cuando, un día, Na-yeon colapsa en el parque, y aunque es llevada de urgencia al hospital, los médicos dan un pronóstico desalentador.
El diagnóstico es devastador, pero hay una opción: una medicación costosa que podría salvarla, aunque no está cubierta por el seguro. Ante este desafío, Gyeong-seok hace una promesa: encontrar el dinero necesario para salvar a su hija. Es por eso que decide unirse al Juego del Calamar, convencido de que la única forma de cumplir su promesa es ganar.
Squid Game 2: la vida del Jugador 246
Desde el comienzo del juego, el único objetivo de Gyeong-seok es obtener el dinero necesario para el tratamiento de su hija. A medida que avanza la competencia, se da cuenta de que ser eliminado significaría la muerte, lo que lo lleva a cambiar su estrategia. En lugar de continuar en una lucha despiadada, decide votar para abandonar el juego y regresar a su hija.
A lo largo de los juegos, el Jugador 246 demuestra ser un jugador íntegro y leal a sus principios. Se muestra dispuesto a trabajar en equipo y a poner la vida de su hija por encima de todo. Sin embargo, la rebelión que inicia junto a otros jugadores es superada por los guardias, y, al quedarse sin municiones, se ve obligado a rendirse.
En un momento de desesperación, Gyeong-seok se arrodilla ante un guardia y suplica por su vida. A pesar de sus súplicas, el guardia no muestra piedad y lo dispara.
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