La verdad sobre Stina Eriksson de "El Rastro": ¿fue real?
La periodista fue clave en la investigación que se realiza a cabo en la serie, pero, ¿existió en verdad?
El fascinante thriller El Rastro, de Netflix, está basado en uno de los casos de asesinato más impactantes en la historia de Suecia. La tragedia ocurrida en 2004 en la ciudad de Linköping llevó a la segunda investigación policial más grande del país, solo superada por el asesinato del primer ministro Olof Palme. Sin embargo, uno de los personajes que más llamó la atención en la serie fue Stina Eriksson, una periodista clave en la trama.
El caso real
El 19 de octubre de 2004, dos personas fueron brutalmente asesinadas en un callejón de un tranquilo vecindario en el centro de Linköping: un niño de 8 años, Mohammed Ammouri, y una mujer de 56 años, Anna-Lena Svensson. Ambos, víctimas inocentes, murieron en un ataque aparentemente sin motivo. Mohammed fue apuñalado mientras iba camino a la escuela, y Anna-Lena, quien intentó ayudarlo, fue atacada por el asesino.
La policía, liderada por el investigador Jan Staaf (reimaginado como John Sundin en la serie), dedicó años a tratar de resolver el caso. Aunque contaban con pruebas clave, como un cuchillo mariposa y una gorra ensangrentada, el caso permaneció sin resolver durante 16 largos años.
En El Rastro, la tecnología de genealogía genética juega un papel crucial, y así ocurrió también en la vida real. La policía recolectó muestras de ADN de más de 5000 hombres y, con la ayuda del genetista Peter Sjölund, rastrearon a los posibles familiares del asesino usando bases de datos como GEDmatch y FamilyTree. Este avance fue posible gracias a un cambio legislativo en 2019, que permitió utilizar datos genealógicos en investigaciones criminales. Finalmente, lograron identificar al culpable: Daniel Nyqvist, quien confesó los asesinatos al ser interrogado.
Stina Eriksson: ¿mito o realidad?
Uno de los personajes más intrigantes de El Rastro es Stina Eriksson, una periodista que trabaja en un periódico local y resulta ser prima del asesino. Sin embargo, Stina no existió en la vida real. Su historia parece estar inspirada, en parte, en la periodista Anna Bodin, autora del libro en el que se basa la serie. Anna ha trabajado como reportera desde 1998 y colaboró con Peter Sjölund para escribir sobre el caso, pero no hay evidencia de que tenga la conexión personal que se le atribuye a Stina en la ficción.
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