Raw (2016), dirigida por Julia Ducournau, es una película que desafía los límites del cine de terror contemporáneo. La historia sigue a Justine, una joven estudiante de veterinaria y vegetariana, quien, después de un violento ritual universitario, descubre un insaciable apetito por la carne humana. Este viaje de autodescubrimiento, envuelto en un marco de horror corporal, es tanto perturbador como fascinante. La película combina imágenes explícitas con una exploración profunda de los impulsos más primitivos del ser humano.

Lo impresionante de Raw no radica solo en su brutalidad visual, sino en cómo Ducournau utiliza el terror para reflexionar sobre temas de identidad, represión y deseo. Su enfoque es tan visceral que durante una proyección en el Festival Internacional de Toronto en 2016, la situación se volvió tan intensa que dos personas se desmayaron, lo que obligó a la intervención de técnicos sanitarios. Este evento se convirtió en una leyenda urbana sobre el poder de la película.

Con Raw, Julia Ducournau se consolidó como una directora emblemática del género, conocida por su valentía al abordar temas oscuros y llevar a su audiencia a un lugar de incomodidad extrema, demostrando que el horror puede ser tanto un espectáculo visual como una exploración psicológica.