Estas son las locaciones dónde se grabó "Corazón Delator"
La producción nacional combina drama y elementos sobrenaturales, pero también llama la atención por sus locaciones cargadas de identidad barrial.
El fenómeno de Corazón Delator no se explica solo por su historia de amor y misterio. Parte de su impacto en Netflix también proviene de las locaciones cuidadosamente elegidas, que aportan fuerza visual y simbólica al relato.
Buena parte del rodaje tuvo lugar en Lanús, al sur del conurbano bonaerense. Allí se recreó El Progreso, el barrio ficticio donde transcurre la trama. Con sus calles angostas, casas bajas y murales, el entorno urbano refleja tensiones sociales reales, como el desarraigo, la resistencia y los lazos comunitarios.
La decisión de filmar en Lanús no fue casual. Según el equipo creativo, buscaban un escenario que transmitiera el contraste entre lo tradicional y lo moderno, entre lo cotidiano y lo mágico. El corazón de la historia se nutre de esa atmósfera ambigua, cargada de pasado y amenaza de futuro.
La producción -a cargo de Sony Pictures, Leyenda Films y Kuarzo Entertainment- se desarrolló entre junio y julio de 2024. Durante varias semanas, distintas esquinas del Gran Buenos Aires se convirtieron en el telón de fondo del conflicto central, con Lanús como epicentro narrativo y emocional.
Dónde se grabó Corazón Delator, por Netflix
En la historia, Valeria lucha por evitar el desalojo de su comunidad. La llegada de Juan Manuel, un empresario con un pasado misterioso, transforma la disputa en algo mucho más profundo. La película entrelaza lo político con lo espiritual, en un relato donde el realismo convive con lo fantástico.
La elección de locaciones reales fue clave para reforzar el verosímil. Muchos vecinos participaron como extras, y algunos comercios de la zona fueron utilizados como sets naturales. La autenticidad de esos espacios aporta una carga emocional genuina, que se percibe en cada escena.
Más allá de su guion, Corazón Delator se apoya en imágenes que conectan con la vida cotidiana de millones de argentinos. No se trata solo de contar una historia, sino de anclarla en un espacio reconocible, con historia propia.
Por eso, Lanús no es solo un escenario. Es también un personaje más, que respira, sufre y resiste junto a los protagonistas.