¿Existió Sandra Silvestre de la serie "Menem"? Las fotos reales del expresidente con la vedette
El personaje interpretado por Virginia Gallardo en la nueva serie de Prime Video no existió, pero una imagen real de Menem con una vedette muy famosa alimentó el mito.
En el primer episodio de la serie "Menem", que acaba de estrenarse por Prime Video, aparece una figura que despertó muchas dudas: Sandra Silvestre, una vedette seductora que protagoniza una escena íntima con el expresidente. Pero, ¿realmente existió?
La respuesta es no. Sandra Silvestre es un personaje de ficción, creado para dramatizar aspectos conocidos -aunque no confirmados- de la vida personal de Carlos Menem. La interpreta Virginia Gallardo, quien comparte una escena sugestiva con Leonardo Sbaraglia, encargado de ponerse en la piel del riojano más polémico del siglo XX.
Sin embargo, la ficción se inspiró en un hecho real: una fotografía de 1987 en la que se ve a Amalia "Yuyito" González sentada en las piernas de Menem. La imagen fue tomada el 12 de septiembre, en un teatro de La Rioja, donde la artista se presentaba junto a Tristán.
Esa foto existe, está en archivos de medios nacionales y fue durante años objeto de rumores, chismes y comentarios maliciosos. Aunque se especuló sobre un romance, la propia Yuyito desmintió siempre cualquier relación amorosa. "Es un mito que me persigue, pero no hubo nada", aseguró.
Aun así, la fama de mujeriego de Menem, reconocida incluso por Zulema Yoma, su exesposa, alimentó durante décadas todo tipo de historias. La serie aprovecha esa narrativa y le da forma a través de personajes ficticios pero verosímiles, que conectan con el espíritu de época.
El guion de Ariel Winograd no escapa al juego entre realidad y ficción. Con la intención de retratar al Menem político y al Menem mediático, la producción toma elementos históricos y los mezcla con recursos dramatúrgicos que ayudan a construir una mirada integral, compleja y, por momentos, provocadora.
La elección de incluir a una vedette inventada en lugar de retratar directamente a una figura reconocida como Amalia González tiene una intención clara: proteger identidades reales y evitar conflictos legales, sin resignar el impacto narrativo.
Por eso, aunque Sandra Silvestre nunca existió, su aparición no es antojadiza. Funciona como un símbolo de esa era, en la que el poder y el espectáculo convivían con naturalidad, y donde los límites entre la política y el show eran cada vez más difusos.
La serie de Menem estrenó por Prime Video
La escena, cargada de sensualidad y poder, resume el estilo personal de Menem, algo que la serie no oculta. "Fue un seductor nato. No solo con las mujeres, también con los votantes, los periodistas, los empresarios. Tenía un carisma muy particular", comentó Leonardo Sbaraglia en entrevistas recientes.
El proyecto de Prime Video, con seis capítulos, no busca juzgar ni redimir. Explora, reconstruye y provoca. Y esa es, quizás, su mayor fortaleza. Al mostrar a Menem en su complejidad, también nos invita a pensar en la Argentina de ayer y la de hoy, donde muchas de esas tensiones siguen tan vigentes como siempre.
Así, Sandra Silvestre termina siendo una herramienta de guion, una figura que nunca existió, pero que nos lleva de regreso a una foto real, a un momento concreto, y a la permanente discusión sobre cuánto hay de verdad y cuánto de leyenda en las figuras que marcaron la historia reciente del país.