Hace 14 años se estrenaba una serie que rompía con todos los moldes del drama familiar en televisión. "Shameless", la historia de los Gallagher, una familia disfuncional del sur de Chicago, se convirtió en un retrato descarnado, brutal y a la vez hilarante de la clase trabajadora estadounidense. Ahora, la serie llegó completa a Netflix, donde una nueva generación de espectadores está descubriendo por qué se transformó en un fenómeno cultural.

¿De qué se trata Shemeless?

Disponible en Netflix, "Shameless" sigue la vida de Frank Gallagher, un padre alcohólico e irresponsable que pasa los días entre bares y estafas, mientras su hija mayor, Fiona, se convierte en la verdadera jefa de la casa. A su alrededor, seis hermanos intentan sobrevivir en medio de la pobreza, la falta de oportunidades y un entorno que parece diseñado para hacerlos caer.

La serie, que debutó en 2011 y se extendió durante 11 temporadas, es una adaptación de la producción británica del mismo nombre. Sin embargo, su creador, John Wells, supo imprimirle un tono local, con una mirada cruda y empática sobre la desigualdad en Estados Unidos. En ese contexto, "Shameless" encontró su identidad: un drama social con corazón de comedia.

Con William H. Macy en el papel de Frank y Emmy Rossum como Fiona, la serie combinó actuaciones memorables con una narrativa que no temía abordar temas difíciles como la adicción, la salud mental o la sexualidad. Su fuerza radicó en mostrar la resiliencia de los personajes, capaces de reírse del caos incluso cuando todo parecía perdido.

En su paso por la televisión, "Shameless" se convirtió en una de las producciones más aclamadas de Showtime, acumulando millones de seguidores y marcando un antes y un después en el tratamiento de las historias familiares. Hoy, su llegada a Netflix no solo revitaliza el interés por la serie, sino que también permite revisitarla desde otra perspectiva, más contemporánea y crítica.

Con todos sus episodios disponibles en Netflix, "Shameless" se reafirma como una obra tan incómoda como necesaria. Los Gallagher siguen recordando que, a veces, la vergüenza no tiene lugar cuando la supervivencia está en juego.