La verdad detrás de la boutique de Amanda Salas de la serie de Menem
La serie refleja a un personaje histórico del menemismo que generó polémica.
En la serie Menem, disponible en Prime Video, Amanda Salas emerge como un personaje que condensa el glamour, la audacia y la cercanía al poder que marcaron a la moda argentina de los años '90. Interpretada por Jorgelina Aruzzi, esta modista riojana con boutique propia se convierte en un símbolo del estilo menemista, diseñando para las figuras más influyentes de la época.
La verdad detrás de la boutique de Amanda Salas
Aunque en la ficción no se explicita, el personaje de Amanda Salas parece inspirado en Elsa Serrano, la célebre diseñadora que vistió a Zulema Yoma, Zulemita y a numerosas celebridades. En pantalla, Salas aparece rodeada de telas exclusivas, clientes exigentes y un círculo social reducido pero poderoso.
Su pequeño taller-boutique funciona como un espacio donde la moda y la política se cruzan, capturando la esencia de una década en la que Buenos Aires vivió un boom cultural y económico. La estética cuidada del personaje, sus contactos estratégicos y su discreción al tratar con la alta sociedad, refuerzan la idea de una profesional que supo moverse en las sombras del poder sin perder protagonismo.
La construcción de Amanda Salas en la serie remite a la época dorada de las boutiques de lujo en la Avenida Alvear, epicentro de la sofisticación porteña. Allí, entre marcas internacionales y edificios elegantes, diseñadoras como Elsa Serrano marcaron tendencia con locales que no solo vendían ropa, sino que ofrecían experiencias exclusivas.
El fenómeno de las boutiques de alta costura en los '90 iba más allá de la moda: era un entramado de relaciones sociales, apariciones en la prensa y eventos que dictaban el pulso de la elite. En Menem, Amanda Salas encarna ese ambiente, participando de desfiles privados y reuniones selectas, donde el vestuario se convertía en una declaración política y cultural.
Más allá de su rol en la trama de Menem, Amanda Salas actúa como un puente narrativo para mostrar la transformación estética y cultural del país durante el menemismo. El personaje refleja la figura de una empresaria que, entre hilos y pasarelas, entendió el valor de la imagen en un tiempo en el que el poder se exhibía también a través del vestuario.