En los primeros episodios de Menem, la ficción muestra a una mujer misteriosa que le habla al oído al caudillo riojano. No es un invento de los guionistas: Carlos Menem tuvo consejeras esotéricas en la vida real, y una de ellas se convirtió en figura pública durante su presidencia.

La más recordada es Azucena Agüero Blanch, una artista plástica y maga blanca nacida en Mendoza que se definía como "vidente natural". Según sus propias palabras, asesoró a Menem "en todo", incluso mucho tiempo después de que terminara su mandato.

Su historia con el expresidente comenzó antes de que fuera candidato a nivel nacional. Se conocieron en una exposición de arte en Mendoza, cuando él todavía era gobernador. Ella asegura que él no sabía de su faceta esotérica. "Se volvió loco conmigo cuando se enteró que era bruja", recordó años más tarde.

Tras ese primer encuentro, le envió un cuadro con un mensaje oculto: "Usted va a ser el próximo presidente de la Argentina". Menem quedó fascinado, y a partir de allí, la relación fue tan personal como política.

La historia de Azucena Agüero Blanch, "bruja" de Menem

Azucena contó que sus consultas eran permanentes, y que muchas veces no esperaba que le preguntaran nada, simplemente daba recomendaciones. "Le decía qué persona tenía que estar en el gabinete", reveló en una entrevista. También afirmó haber ayudado en casos criminales gracias a sus visiones.

Más allá de Menem, su estudio en la calle San Lorenzo, en la capital mendocina, se convirtió en un lugar de paso obligado para políticos con ambiciones. "El que no pasa por San Lorenzo, no es gobernador", decía con ironía. Según ella, trabajaba con aceite de cocodrilo para "transmutar la energía" de quienes no eran felices.

El fenómeno no fue aislado. Menem también tuvo cerca a otras figuras del esoterismo, como la astróloga Hilda Evelia Romanelli, y en su entorno político convivían místicas, mentalistas y videntes que ofrecían guía en momentos cruciales.

En Argentina, la relación entre política y lo oculto tiene larga historia. José López Rega, ministro de Bienestar Social durante el gobierno de Isabel Perón, fue apodado "el Brujo" y fundó la Triple A. Mucho más adelante, se supo que Mauricio Macri también acudió a una "sanadora" llamada Ángeles Ezcurra, que limpió energéticamente La Bombonera y supuestamente también la Casa Rosada.

Menem, en su estilo descontracturado y siempre sediento de mística, supo capitalizar ese costado mágico. Lejos de esconderlo, muchas veces lo dejaba entrever en entrevistas, mientras lo parodiaban en televisión como un personaje misterioso y mesiánico.