Los secretos que ocultamos, la miniserie danesa de suspenso disponible en Netflix, se transformó en un fenómeno gracias a su historia inquietante, cargada de tensión y silencios incómodos. En el centro de todo está la figura de Ruby, la niñera filipina que desaparece sin dejar rastro en un barrio exclusivo a las afueras de Copenhague.

La que se obsesiona con el caso es Cecilie, una ejecutiva de clase alta que vive con su esposo abogado, sus hijos, y su propia niñera, Angel. Cuando Ruby desaparece, las primeras sospechas parecen difusas, pero pronto queda claro que todos los vecinos tienen algo que esconder.

Final explicado de Los secretos que ocultamos de Netflix

A medida que la trama avanza, la historia de Ruby se vuelve más oscura. Se descubre que estaba embarazada y que había sido víctima de una violación. Sin embargo, el misterio se profundiza cuando su cuerpo aparece en un puerto deportivo. ¿Fue un suicidio o la mataron?

La investigación policial, liderada por Aicha, una agente local, destapa verdades inquietantes: Ruby había confesado a su pastor que estaba embarazada producto de una agresión, pero decidió continuar con el embarazo por su fe cristiana. El principal sospechoso se convierte en Oscar, el hijo adolescente de los vecinos, que tenía una relación tóxica con Ruby.

A partir de una prueba de ADN, se confirma que Oscar es el padre del bebé, pero no hay evidencia suficiente para llevarlo ante la justicia. Aún peor: su madre, Katarina, habría borrado las pruebas y protegido a su hijo de toda consecuencia.

En los últimos minutos de la serie, Cecilie enfrenta un dilema ético: denunciar lo que sabe o proteger la imagen de su familia. La escena final muestra un diálogo helado con Katarina, quien, con una sonrisa, parece admitir que mató a Ruby para encubrir el crimen de Oscar.

El final deja más preguntas que respuestas. Con un tono ambiguo y perturbador, Los secretos que ocultamos expone la impunidad, el poder y el silencio en las clases altas. Y aunque no lo diga explícitamente, todo indica que Ruby no se quitó la vida. La hicieron desaparecer.