El Museo de los Fracasos es uno de esos fenómenos culturales que transforman el error en aprendizaje. Nacido en Suecia en 2017, se presenta como una exposición dedicada exclusivamente a los tropiezos de la innovación: productos, ideas y servicios que, pese a las expectativas, terminaron en desastre comercial o técnico.

¿De qué se trata el Museo de los Fracasos?

Detrás del proyecto está el psicólogo organizacional Samuel West, quien ideó el museo tras notar que casi todas las historias empresariales celebraban los triunfos, mientras los errores quedaban ocultos. Así, decidió reunir una colección de fracasos célebres para mostrar que incluso las grandes marcas como Apple o Coca-Cola se equivocan.

Desde entonces, el Museo de los Fracasos ha recorrido ciudades como Los Ángeles, París y Shanghai. Allí miles de visitantes se acercan a ver los errores más emblemáticos del capitalismo moderno.

Los inventos fallidos del Museo de los Fracasos

Entre las piezas más recordadas figuran el Apple Newton, la agenda digital de los noventa que no entendía la escritura humana; las Google Glass, símbolo de la ambición tecnológica que tropezó con problemas de privacidad y un precio absurdo; o la Bic for Her, la lapicera "para mujeres" que terminó siendo un ejemplo mundial de marketing fallido.

También se exhiben rarezas como la Coca-Cola BlaK, mezcla entre gaseosa y café que nunca convenció a nadie, o el Segway, aquel vehículo que prometía revolucionar el transporte urbano y terminó relegado a tours turísticos.

Más allá de lo curioso, el museo tiene un mensaje serio: sin equivocación no hay innovación. West sostiene que las empresas que esconden sus errores repiten los mismos patrones, mientras que aquellas que los analizan crecen más rápido. Cada objeto expuesto cuenta una historia de exceso de confianza, de mala lectura del mercado o simplemente de un público que no estaba listo.