¿Odiaste el final de El Juego del Calamar 3? Este es el otro final según su director
La serie surcoreana volvió a ser un fenómeno en Netflix con el estreno de su tercera temporada. Pero el final generó polémica, y ahora sabemos que pudo haber sido muy distinto.
¿Qué final había pensado originalmente Hwang Dong-hyuk?
El cierre de la temporada 3 dejó a muchos con una sensación amarga: Gi-hun se sacrifica para salvar a un bebé recién nacido. Sin embargo, su creador, Hwang Dong-hyuk, reveló en una entrevista que el desenlace planeado en los primeros borradores era mucho más esperanzador. En esa versión, Gi-hun no moría, y de hecho lograba escapar de la isla junto a algunos sobrevivientes. La idea era que, justo antes de la última prueba, la policía -liderada por el detective Jun-ho- llegara al lugar para detener el juego. Gi-hun, otros participantes e incluso el bebé, lograban salir con vida.
¿Por qué decidió cambiarlo?
Hwang explicó que el contexto global influyó en su decisión. Señaló que, mientras escribía los guiones, notó cómo la desigualdad aumentaba, la crisis climática se agravaba y las nuevas generaciones perdían la esperanza en el futuro. Eso lo llevó a pensar que un final feliz no reflejaría el mensaje que quería transmitir. "Sentí que era el momento de hacer sacrificios reales, y no de repetir el mismo patrón de supervivencia individual", dijo. Así, Gi-hun pasó de ser el protagonista que escapa, a ser quien entrega su vida por una causa mayor.
El bebé no es solo una excusa narrativa: simboliza la esperanza, el futuro y la posibilidad de un cambio. Según Hwang, hacer que Gi-hun se sacrifique para proteger a ese niño es una forma de mostrar que las generaciones anteriores deben asumir la responsabilidad de lo que dejan atrás. "Quise que el público entendiera que el verdadero final no es individual, sino colectivo", explicó. La escena en la que Gi-hun entrega su vida al líder, mientras implora que críe al bebé, es ahora entendida como un gesto político y humano.
¿Hubiese funcionado mejor el final feliz?
El final alternativo, con Gi-hun encontrándose con su hija en Estados Unidos, ofrecía un cierre emocionalmente reconfortante. Pero para Hwang, esa versión se sentía "vacía". El giro más crudo de la versión definitiva, aunque duro, deja una huella más profunda. En vez de una victoria personal, hay un legado moral. Como dijo el propio creador: "No somos caballos, somos humanos... y los humanos pueden elegir cambiar".
Aunque el final no fue el que muchos esperaban, logró que se hablara intensamente de la serie. Hwang apostó por una resolución incómoda, que cuestiona el egoísmo, el espectáculo y la obsesión por ganar a toda costa. Puede que El Juego del Calamar 3 no haya cerrado con sonrisas, pero sí con una declaración poderosa: a veces, perder puede ser la forma más humana de ganar.