Por qué "Adolescense" de Netflix está filmada en un solo plano
La exitosa entrega de la plataforma fue realizada con un método particular.
Netflix lo hizo otra vez. Adolescense, la miniserie británica creada por Stephen Graham y Jack Thorne, no solo impacta por su historia cruda y realista, sino por su innovadora apuesta técnica: cada episodio está filmado en un solo plano secuencia. Sin cortes, sin respiros, sin escapatoria. La cámara se convierte en un testigo omnipresente que nos obliga a vivir la angustia en tiempo real.
Desde el primer minuto, la tensión es insoportable. Un grupo de policías irrumpe en la casa de la familia Miller para detener a Jamie, un adolescente de 13 años acusado de asesinar a una compañera de escuela. La cámara nos arrastra por los pasillos de la casa, el patrullero, la comisaría y más allá. Al igual que los personajes, no tenemos pausa ni distracciones. La sensación de encierro es total.
Un desafío técnico que potencia la historia
Lograr este efecto no fue casualidad. El director Philip Barantini, experto en este tipo de rodajes tras su película Boiling Point, pasó semanas ensayando con los actores y el equipo técnico para que todo saliera a la perfección. Cada toma tenía que estar coreografiada con precisión milimétrica: los movimientos de cámara, las actuaciones y hasta los detalles del sonido ambiente.
Pero la decisión de filmar sin cortes no es solo un alarde técnico. Es una declaración de principios. Nos obliga a experimentar la historia sin la comodidad de un montaje que nos guíe. Nos deja atrapados en los espacios cerrados, en los silencios incómodos, en la desesperación de una familia que ve su mundo desmoronarse.
La incomodidad como motor narrativo
El plano secuencia en Adolescense no es un truco visual; es una herramienta para amplificar la angustia y el impacto emocional de la historia. Sin cortes, sin edición que suavice el golpe, cada mirada, cada titubeo y cada momento de tensión se sienten reales. Es un retrato crudo de la fragilidad humana ante el peso de la tragedia.
Netflix apostó fuerte y ganó. Adolescense no es solo una serie: es una experiencia sensorial que sacude y deja huella.
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