¿Qué enfermedad tenía Ed Gein?: la verdad sobre el asesino de la serie Monstruo
La tercera temporada de Monstruo llegó a Netflix y volvió a despertar el terror detrás de Ed Gein, el asesino que inspiró a Hollywood y cuya mente sigue siendo un enigma escalofriante.
El estreno de Monstruo: La historia de Ed Gein volvió a poner bajo la lupa una de las mentes más perturbadas de la historia criminal. Ryan Murphy y su equipo decidieron explorar no solo los crímenes del llamado "carnicero de Plainfield", sino también el complejo entramado mental que lo acompañó desde la infancia.
¿Qué enfermedades padecía Ed Gein?
Cuando fue arrestado en 1957, tras descubrirse el cuerpo mutilado de Bernice Worden en su granja, las autoridades no solo hallaron una escena de horror, sino también a un hombre desconectado de la realidad. Los médicos que lo evaluaron describieron un cuadro complejo: un coeficiente intelectual promedio, pensamientos tangenciales y una profunda distorsión emocional. El informe del Hospital Estatal Central de Wisconsin concluyó que Gein sufría de una "reacción esquizofrénica crónica indiferenciada", un término que hoy se asocia a la esquizofrenia, marcada por alucinaciones, delirios y una desconexión total entre la realidad y la fantasía.
Durante su evaluación, Gein habló de "fuerzas externas" que lo empujaban a desenterrar cuerpos y confesó escuchar la voz de su madre mucho después de su muerte. También aseguró haber visto rostros en las hojas y olores de carne en descomposición en el aire. Los expertos concluyeron que su juicio estaba tan distorsionado por sus fantasías que ya no distinguía entre el bien y el mal. Esa mezcla de trauma, culpa religiosa y enfermedad mental convirtió su mente en un terreno donde la realidad y la pesadilla se confundían peligrosamente.
¿Cómo influyó su infancia en su deterioro mental?
La infancia de Ed Gein fue tan opresiva como su posterior descenso a la locura. Criado por Augusta, una madre autoritaria y fanática religiosa, creció aislado del mundo exterior. No tuvo amigos, ni pareja, ni espacios de autonomía emocional. Este entorno, según especialistas, reforzó su vulnerabilidad mental y alimentó las voces internas que más tarde lo dominarían. La devoción y el miedo hacia su madre se convirtieron en un motor de culpa y represión, capaz de deformar su percepción de la moral y la identidad.
Ed Gein nunca fue enviado a prisión. Declarado no apto para ser juzgado, pasó el resto de su vida internado en instituciones psiquiátricas. Murió en 1984, a los 77 años, pero su caso sigue siendo analizado por criminólogos y psiquiatras como un ejemplo extremo de cómo la enfermedad mental, la soledad y la represión pueden desatar monstruos reales. Monstruo: La historia de Ed Gein no solo revive sus crímenes: invita a mirar de frente la fragilidad de la mente humana cuando el horror nace desde adentro.