Desde su llegada a Netflix, Legado se convirtió en un fenómeno inesperado en Argentina. Su final, tan ambiguo como potente, dejó al público dividido. En el centro del drama se encuentra Federico, un magnate mediático enfrentado a su propia sangre.

¿Qué pasa con Federico al final de Legado?

Federico de Legado pasa de ser un líder imponente a un hombre vulnerable, cada vez más solo. En los últimos capítulos, lo vemos buscando ayuda desesperadamente para salvar su empresa, pero encuentra puertas cerradas y traiciones donde antes había aliados. Es un hombre que supo tenerlo todo, pero lo está perdiendo todo.

Mientras tanto, los personajes que lo rodean también se hunden en sus propias tragedias. Yolanda (Belén Cuesta), atrapada por un crimen que cometió, pierde el control y confiesa más de la cuenta frente a Luis, quien no duda en chantajearla.

Lara (María Morera), su hija, descubre que Federico ha manipulado información clave sobre Leon y que incluso pagó a terceros para mantener oculta la verdad. Su decepción es profunda, y ese vínculo padre-hija, que parecía uno de los últimos bastiones del magnate, también se resquebraja.

La violencia no tarda en irrumpir: Leon aparece brutalmente golpeado tras seguir la pista de un exmilitar. Todo mientras Guadalupe intenta tenderle una última mano a Federico, aunque eso implique aliarse con su exmarido y ofrecerle la custodia de sus hijos. Sin embargo, Andrés se mantiene firme: prefiere ver todo destruido antes que ceder al poder de su suegro.

El duro final de Legado

El momento más doloroso llega cuando Federico, ya sin opciones, acepta firmar la cesión de su imperio. La escena de la firma no solo marca el traspaso de una empresa, sino también la derrota emocional de un hombre que creía ser invencible. Lo que levantó con años de esfuerzo, se le escapa en segundos. Ese cierre deja una pregunta flotando en el aire respecto al futuro de Legado.