En el barro, spin-off de El Marginal, se posicionó entre las más vistas de Netflix. Con una trama centrada en el universo carcelario femenino, la ficción atrapa con personajes intensos y realistas. Entre ellos, uno de los que más llamó la atención es Piquito, interpretada por Juana Molina.

¿Qué pasa con Piquito en el final de En el barro?

Descrita como la "loquita del penal", Piquito es uno de los personajes más impredecibles de la historia. Su comportamiento errático, sus metidas de pata y su inseparable conejo de trapo llamado Bubi construyen una figura tan vulnerable como peligrosa en el universo de En el barro.

Criada en la calle, adicta y transa, se mueve en todos los rincones de La Quebrada, haciendo favores y acumulando secretos oscuros que la convierten en una pieza clave dentro del penal. Aunque al principio parece solo un personaje pintoresco, su participación en la trama demuestra lo contrario.

Piquito se coloca en el centro de distintas situaciones y su locura, más que un mero espectáculo, funciona como un velo que esconde información. Su vínculo con otros personajes, como Gladys, aporta tensión y desarrollo, mostrando que su presencia en la cárcel está lejos de ser anecdótica.

El gran giro llega en el final de la primera temporada. Allí se revela que su locura nunca fue real. Todo este tiempo, Piquito fingió estar desquiciada para manipular a sus compañeras y obtener lo que necesitaba.

La revelación cambia por completo la percepción que tanto los personajes como el público tienen de ella, agregando una capa de complejidad inesperada y confirmándola como una de las figuras más intrigantes de En el barro. Con esta confesión, el personaje de Juana Molina deja de ser la excéntrica del penal para convertirse en una jugadora estratégica dentro de La Quebrada.

De cara a una segunda temporada, el futuro de Piquito promete ser uno de los puntos más atractivos de la trama. Así se posiciona como uno de los grandes personajes de En el barro.