La serie Menem de Prime Video volvió a encender la memoria colectiva sobre muchos personajes del poder de los ‘90. Uno de los más emblemáticos fue Amira Yoma, cuñada del expresidente y figura clave en los comienzos del gobierno. Desde Siria, y tras un largo silencio, Amira rompió el perfil bajo que mantuvo por años. En esta nota, en el marco del estreno de la serie, te contamos cómo está hoy y qué fue de su vida.
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Amira Yoma reapareció en un informe televisivo desde Damasco, donde reside desde hace tres años. Allí vive con su hijo y asegura haber dejado atrás la política. "Ahora puedo salir como una persona común", afirmó. Relató que sufrió 18 años de depresión por la presión mediática y judicial.

Durante su testimonio, criticó que su sobreseimiento no tuviera la misma repercusión que su imputación. "Eso destruyó a mi familia", dijo. También reveló que, si bien su caso judicial quedó cerrado, nunca pudo recuperar su tranquilidad personal.

Amira fue nombrada directora de la Secretaría de Audiencias de la Casa Rosada en 1989. Muy cercana a Menem, ganó poder rápidamente. Sin embargo, en 1991 estalló el escándalo del Yomagate, donde fue acusada de lavar dinero del narcotráfico junto a su entonces pareja, Ibrahim al Ibrahim.

Aunque fue absuelta en 1994, su imagen quedó dañada. Intentó regresar brevemente a la función pública, en áreas como Cascos Blancos y el Ministerio de Trabajo, pero nunca volvió al centro del poder.

En la serie Menem, el personaje de Amira es interpretado por Violeta Urtizberea, y su historia volvió al foco de los medios. La ficción rescató su rol como una de las mujeres más influyentes del círculo íntimo del presidente. Su figura generó curiosidad renovada, especialmente entre los más jóvenes.

Hoy, a los 72 años, Amira vive alejada de los flashes. Se dedica a importar y exportar yerba mate, un negocio que combina sus raíces sirias con una pasión argentina. Según reveló, en 2009 su auto fue baleado y también recibió amenazas, lo que aceleró su decisión de alejarse.

"La política me destruyó", dijo, con tono sereno. Desde Siria, Yoma intenta recomponer su vida con perfil austero, mientras en Argentina su historia vuelve a despertar interés por su papel en una etapa convulsionada del país.