La serie noruega La Palma, estrenada en Netflix, combina el suspenso de un desastre natural con mensajes profundos sobre la naturaleza y el cambio climático. En su final, el simbolismo de las tortugas y la lucha por sobrevivir se entrelazan en una narrativa emocionante que deja un importante mensaje.

La trama sigue a Marie y Haukur, dos investigadores que detectan señales alarmantes en un volcán ubicado en la isla de La Palma. Pese a las advertencias de Marie, quien recuerda los traumas del tsunami de 2004 en el que perdió a sus padres junto a su hermano Erik, las autoridades locales, lideradas por Álvaro, desestiman sus sospechas por miedo al error y las repercusiones mediáticas. 

Sin embargo, el desastre se desencadena, generando una carrera contrarreloj para salvar vidas en medio de un inminente megatsunami.

El cierre de la serie deja muchas interrogantes y simbolismos. En una de las escenas finales, Marie aparece nadando entre tortugas mientras reflexiona sobre la capacidad de estos animales para sobrevivir a catástrofes a lo largo de millones de años. 

Tráiler de "La Palma" de Netflix

Según su hermano Erik, las tortugas siempre "saben qué hacer cuando el entorno deja de ser seguro". Este detalle refuerza el mensaje de la serie: la necesidad de escuchar a la naturaleza y confiar en los instintos frente a las señales de peligro.

A lo largo de la serie, la presencia de las tortugas no pasa desapercibida. Tobias, otro personaje central, nota desde el inicio cómo estos animales comienzan a alejarse de la isla, presagiando el desastre. 

La conexión entre Tobias, sus observaciones y el caos por venir subraya la importancia de prestar atención a los pequeños indicios que la naturaleza ofrece.

La Palma no solo es una historia de supervivencia, sino también una reflexión sobre los impactos del cambio climático y la urgencia de actuar. Su emotivo final nos recuerda que, al igual que las tortugas, debemos ser resilientes y responder al peligro antes de que sea demasiado tarde.