La serie Running Point (Una nueva jugada) de Netflix, protagonizada por Kate Hudson, nos sumerge en el universo del baloncesto profesional desde una perspectiva ejecutiva. La historia sigue a Isla Gordon, quien asume el liderazgo de un equipo tras la destitución de su hermano. Durante toda la serie escuchamos un nombre constantemente: Los Angeles Waves. Pero, ¿quiénes son?

¿Qué son los Los Angeles Waves en Running Point?

Los Angeles Waves es el equipo de baloncesto ficticio que protagoniza Una nueva jugada. La historia sigue a Isla Gordon, quien asume la dirección del equipo tras un escándalo que deja fuera a su hermano. Aunque los Waves no existen en la NBA, la serie los presenta como una franquicia consolidada, con un estadio propio y una gran base de seguidores.

Si bien los Los Angeles Waves son ficticios, están claramente inspirados en los Los Angeles Lakers. Running Point toma referencias de la historia de Jeanie Buss, actual presidenta de los Lakers, para construir la trama de Isla Gordon. La dinámica de poder en la administración del equipo, los colores y la ciudad en la que se desarrollan los eventos recuerdan a la famosa franquicia de la NBA.

La polémica con los Pepperdine Waves

El nombre del equipo en la serie también ha generado controversia debido a su similitud con los Pepperdine Waves, un equipo universitario de la Universidad de Pepperdine. La institución ha demandado a Netflix y Warner Bros., alegando que la serie usa su identidad sin permiso y que su contenido podría afectar la imagen cristiana de la universidad.

En Running Point, el equipo juega en el Copilot Arena, una cancha ficticia que, en realidad, es el Crypto.com Arena, la casa de los Lakers. Este estadio, inaugurado en 1999, es uno de los recintos deportivos más importantes de Los Ángeles y ha sido sede de múltiples eventos deportivos y espectáculos de renombre.

Un equipo ficticio con impacto real

Aunque los Los Angeles Waves no existen fuera de la serie, su impacto ha sido inmediato. Running Point ha generado debates sobre la influencia de los Lakers en la historia y la posibilidad de que una segunda temporada explore aún más el mundo del baloncesto profesional.