¿Quién era el novio de Amy Bradley?
La serie de la desaparición de Amy Bradley despierta nuevos interrogantes.
El estreno del documental Amy Bradley Is Missing en Netflix volvió a poner en agenda uno de los casos más inquietantes de desaparición en altamar. Amy Lynn Bradley tenía 23 años cuando desapareció sin dejar rastro del crucero Rhapsody of the Seas, en marzo de 1998. Aunque fue declarada muerta en 2010, la ausencia de un cuerpo y las teorías que involucran secuestro y trata de personas mantienen el caso abierto en la memoria colectiva.
¿Quién era el novio de Amy Bradley?
La docuserie estrenada el 16 de julio de 2025 explora nuevas hipótesis, entre ellas, una presunta aparición de Amy en un sitio web de prostitución en 2005. Sin embargo, una ausencia dentro del documental llamó poderosamente la atención de quienes siguen el caso desde hace años: la del novio de Amy Bradley, cuya identidad no fue revelada, pero que jugó un papel importante en los días posteriores a la desaparición.
Brad Bradley, el hermano de la joven, manifestó su apoyo general al documental, pero también criticó abiertamente que se omitieran detalles fundamentales del vínculo afectivo de Amy antes del viaje. Según reveló en redes sociales, su hermana había hecho planes con su pareja para después del crucero.
Más allá de esos planes personales, lo más llamativo es que -de acuerdo a la familia Bradley-el novio participó activamente en la búsqueda: viajó con la familia a Curazao semanas después de la desaparición y fue entrevistado durante cinco horas por el equipo de producción del documental. Sin embargo, su testimonio fue eliminado por completo de la versión final, una decisión que el propio Brad Bradley calificó de "inexplicable".
Desde la familia consideran que la omisión no solo es injusta, sino que distorsiona la imagen completa de quién era Amy Bradley. En un caso donde cada detalle puede ser la clave para reconstruir lo que ocurrió en la madrugada del 24 de marzo de 1998, la invisibilización de uno de los vínculos más cercanos a la víctima resulta al menos cuestionable.
La figura del "novio invisible" plantea interrogantes no solo sobre lo que Netflix eligió contar, sino también sobre el modo en que se construyen las narrativas del true crime. En un caso que lleva más de 25 años sin resolverse, cualquier pista omitida puede ser un paso atrás en la búsqueda de verdad y justicia.