Quién es el asesino de la Casa Blanca en "La Residencia"
El misterio fue resuelto: quién cometió el crimen entre los cientos de sospechosos.
"La Residencia" llegó al catálogo de Netflix con una premisa irresistible: un asesinato en la Casa Blanca, una detective excéntrica y 157 sospechosos. Durante ocho episodios, la serie mantiene la intriga mientras Cordelia Cupp (Uzo Aduba) intenta resolver el crimen de A. B. Wynter, el ujier jefe. Pero ¿quién fue el verdadero responsable?
Un asesinato con muchas capas
Desde el primer episodio, el misterio se enreda con pistas falsas, personajes sospechosos y una ambientación que recuerda a los clásicos del género policial. El cuerpo de Wynter es hallado en la sala de juegos, aparentemente víctima de un suicidio. Sin embargo, Cupp no tarda en descubrir que fue envenenado con un herbicida tóxico, golpeado con un reloj y rematado con un jarrón. Alguien quería asegurarse de que no sobreviviera.
El gran engaño
Los sospechosos no tardan en aparecer. Tripp Morgan (Jason Lee), hermano del presidente, estaba borracho en la escena del crimen y movió el cuerpo para no ser incriminado. El ingeniero Bruce Geller (Mel Rodriguez) creyó que su pareja, Elsyie Chayle (Julieth Restrepo), era la culpable y trató de encubrirla. Incluso el chef pastelero Didier Gotthard (Bronson Pinchot) se vio envuelto en la trama por llevarse un cuchillo del lugar.
La verdad sale a la luz
Pero la verdadera asesina era Lilly Schumacher (Molly Griggs), la secretaria social de la Casa Blanca. Ella odiaba la institución y Wynter representaba todo lo que detestaba. Para ocultar su crimen, intentó culpar a otros, selló la puerta del Salón Oval Amarillo y manipuló la escena. Sin embargo, un simple parpadeo la delató ante Park (Randall Park), permitiendo que Cordelia atara los cabos y revelara la verdad.
Con su mezcla de misterio y humor, "La Residencia" se convirtió en uno de los estrenos más comentados de Netflix. Un asesinato en la Casa Blanca era un juego de Clue en el que todos parecían tener algo que ocultar. Pero al final, solo una persona era la culpable.