Bernardo Neustadt fue una figura clave del ecosistema político de los noventa. Sin necesidad de ocupar un cargo formal, tuvo más poder que muchos ministros. Su llegada semanal a millones de hogares, desde un estudio oscuro y una mesa vacía, era capaz de instalar un tema o destruir una carrera. En Menem, la serie de Amazon Prime Video, ese rol mediático se convierte en una pieza fundamental del relato.

Osvaldo Djeredjian se pone en su piel

Quien interpreta a Neustadt es Osvaldo Djeredjian, un actor con bajo perfil pero presencia sólida. No es casual su elección: su apariencia física y su voz grave permiten recrear con precisión al periodista que dominó la pantalla durante una década. Su participación aporta verosimilitud y complejidad a la trama, que no se limita a los pasillos de la Casa Rosada, sino que también muestra cómo se construyó el relato del poder desde la televisión.

Una década que todavía incomoda

La serie no se detiene en Menem como figura individual. También muestra las redes de influencia que lo sostuvieron. Desde Cavallo hasta María Julia Alsogaray, pasando por los operadores y asesores que se movían en las sombras, como Emir Yoma o el ficticio Silvio Ayala. En ese entramado, Neustadt aparece como lo que fue: un amplificador de políticas, un actor central que nunca se sentó en el banco de los acusados.

Entre la ficción y la memoria

Con seis episodios de una hora, Menem reconstruye los años más veloces y contradictorios de la Argentina contemporánea. La caída de las empresas públicas, los atentados, el indulto, las privatizaciones, el boom del consumo y las tragedias que se escondieron bajo la alfombra. Y en ese caos, la televisión tuvo un rol clave. Por eso Neustadt no podía faltar: sin él, no se entiende el relato oficial de aquellos años.

Un reparto que mezcla pasado y presente

La serie combina figuras históricas con personajes de ficción, pero todos forman parte de una misma maquinaria. Mientras Leonardo Sbaraglia se pone en la piel del expresidente y Griselda Siciliani encarna a Zulema, aparecen Campi como Cavallo, Mónica Antonópulos como María Julia y Djeredjian como Neustadt. Una constelación de actores que busca reflejar una época donde el poder era tan real como televisado.