Uno de los momentos clave de la temporada 3 de El Juego del Calamar fue la revelación de la verdadera identidad del Capitán Park, un personaje que ya venía generando sospechas desde los episodios anteriores.

Aunque en la temporada 2 se insinuaba que Park había salvado la vida de Jun-ho, el detective herido por el Frontman, en realidad el capitán trabajaba para los organizadores del juego. Su rol era claro: evitar que Jun-ho encontrara la isla donde se realizaban los macabros desafíos.

Temporada 3 de El Juego del Calamar

En la nueva temporada, Woo-seok comienza a desconfiar del capitán. En una arriesgada maniobra, logra ingresar a su casa para descubrir varias pistas impactantes. Allí encuentra una fotografía que vincula a Park con el Reclutador, también conocido como el Vendedor, lo que sugiere que podrían tener un vínculo familiar directo, posiblemente padre e hijo.

Además de la foto con el Reclutador, Woo-seok encuentra otra con In-ho, el Frontman, lo que confirma que Park formaba parte del núcleo interno de la organización. Pero el hallazgo más importante fue un uniforme rojo de guardia del Juego del Calamar, junto con una suma considerable de dinero. Eso terminó de confirmar que el Capitán Park no solo era un infiltrado: era un guardia encubierto.

La trama toma un giro drástico cuando el capitán, acorralado, intenta eliminar a toda la tripulación del barco para impedir que se revele la ubicación de la isla. Sin embargo, antes de lograrlo, Woo-seok le dispara y lo mata.

En sus últimos segundos de vida, Park admite que "solo cumplía órdenes", dejando en claro que su lealtad estaba con el líder del juego desde el principio. Su confesión confirma que su papel fue clave para encubrir la operación.

Con esta revelación, la serie agrega una nueva capa de traición y manipulación, mostrando cómo el juego no solo se juega en la arena, sino también en las sombras. El Capitán Park, silencioso y eficiente, fue uno de los villanos más ocultos y decisivos del relato.

El enigma de su identidad ya no existe. Pero su rol en la trama demuestra que en El Juego del Calamar, nada es lo que parece.