Serie Día Cero, final explicado: toda la verdad

Netflix lo ha vuelto a hacer con Día Cero, una serie que atrapa desde el primer capítulo gracias a un elenco de lujo encabezado por Robert De Niro y una trama llena de intriga y misterio. La historia sigue a un expresidente enfrentando una crisis nacional tras un devastador ciberataque, mientras lucha contra sus propios demonios internos. Pero, más allá de su impresionante puesta en escena y sus giros inesperados, el final de la serie deja muchas preguntas en el aire.

Desde el principio, todo apunta a Rusia como la responsable del ciberataque que paraliza el país y causa miles de muertes. Sin embargo, conforme avanza la investigación, George Mullen descubre que la amenaza viene desde dentro. Una organización radical conocida como los Reapers es la primera sospechosa, pero pronto queda claro que el verdadero enemigo está mucho más cerca de lo que parece. Detrás de los ataques están poderosos empresarios y políticos, incluido alguien muy cercano a Mullen: su propia hija, Alexandra.

Proteus: ¿un arma real o una ilusión?

Uno de los mayores misterios de la serie es Proteus, un supuesto programa secreto del gobierno capaz de alterar la mente de sus víctimas. Mullen empieza a experimentar pérdidas de memoria y alucinaciones, lo que lo lleva a creer que está siendo atacado con esta tecnología. Sin embargo, al final, no hay pruebas concretas de que Proteus haya sido usado en él. ¿Fue una estrategia para desacreditarlo, o simplemente los efectos de su propia vejez? La serie deja esta pregunta abierta, jugando con la idea de que la verdadera amenaza no siempre es externa, sino que a veces proviene de nuestra propia mente.

Cuando Mullen descubre la verdad, se enfrenta a una decisión imposible: encubrir a los conspiradores para evitar el caos o exponerlos a costa de su propia familia. Al principio, parece dispuesto a proteger a su hija y seguir la versión oficial que culpa a Monica Kidder, una de las implicadas ya fallecida. Sin embargo, en un momento de claridad, decide revelar todo al público. Su testimonio sacude los cimientos del gobierno y deja en el aire el destino de los responsables, dejando abierta la posibilidad de futuras consecuencias.

Un final que invita a la reflexión

Día Cero no ofrece respuestas fáciles. Su desenlace deja cabos sueltos y plantea preguntas sobre la corrupción en el poder, la manipulación mediática y los peligros de la tecnología. Al final, George Mullen se convierte en una figura de integridad, pero el precio que paga es alto. La serie nos recuerda que la verdad tiene un costo, y que a veces, incluso los héroes deben enfrentarse a la dura realidad de que el enemigo no siempre está en el exterior, sino en el corazón del sistema.