Un chico malo, final explicado: qué pasa con Dean Sheyman
La serie dejó un final abierto que sorprendió a todos.
El último episodio de Un chico malo es uno de los más emotivos. Dean da un show de stand-up frente a una sala llena, pero entre el público ve caras conocidas. No están realmente ahí: son los fantasmas del pasado que, de alguna forma, lo siguen acompañando.
Y entre esas caras, hay una real. La de Zorro. Su gran amigo en prisión.
El reencuentro más esperado
Zorro ha rehecho su vida. Tiene una familia, un hijo, otra rutina. Pero asiste al show de Dean porque necesita verlo triunfar. Cuando se encuentran, no hace falta decir mucho. La conexión sigue intacta.
Dean le promete que volverán a verse. Ese pequeño diálogo cierra años de distancia y silencios. El pasado queda atrás, pero no se olvida: se transforma.
El silencio con su madre lo dice todo
En contraste, Dean no menciona a su madre. La relación entre ellos nunca se curó del todo. Aunque supo que ella no fue la que lo entregó, el daño ya estaba hecho. El silencio sobre ella es tan potente como cualquier palabra.
Un chico malo termina sin grandes vueltas. Pero con algo más poderoso: un hombre que logró sobrevivirse a sí mismo. Y un público que lo aplaude por eso.