La película de Minecraft debutó con una recaudación récord de 301 millones de dólares en su primer fin de semana, posicionándose como uno de los lanzamientos más exitosos del año. Sin embargo, más allá del logro comercial, la verdadera conversación se desató de las salas de cine en América Latina, donde el entusiasmo del público cruzó la línea de lo convencional.

El caos en los cines de Minecraft

Es que videos virales en redes sociales mostraron a espectadores exaltados: gritos, aplausos constantes, lanzamientos de comida al aire y celulares grabando cada escena clave. En algunos casos, incluso se reportó la intervención de la policía para contener comportamientos considerados disruptivos.

De todas las líneas de diálogo posibles en la adaptación cinematográfica de Minecraft, nadie imaginó que "¡CHICKEN JOCKEY!" se convertiría en el grito de guerra de toda una generación. Pronunciada con entusiasmo por Jack Black, la frase se volvió un fenómeno que desbordó la pantalla para dominar redes sociales, salas de cine y la conversación global.

Para muchos espectadores jóvenes esta frase significó más que un simple guiño: fue una señal para activar un ritual colectivo. Como si se tratara de un código compartido, las salas se transformaron en espacios de celebración ruidosa.

El impacto de Minecraft

La brecha generacional también se hizo sentir en los cines que proyectan Minecraft. Padres que acompañaban a sus hijos sin estar familiarizados con el juego se encontraron con un ambiente que no esperaban en los cines que se han convertido en 'centros de entretenimiento' durante la proyección de este gran éxito.