No te pierdas el 123 de Rolo Pedrotti

1- Ajustazo cordobesista

El gobierno de Llaryora arrancó con un recorte claro, focalizado en el sector de los empleados estatales. Con el acuerdo paritario cancelado por la propia provincia, ante una devaluación del 54% y una inflación del 20 al 30 mensual, docentes, médicos y demás trabajadores verán destruidos sus ingresos. Por otro lado, en un llamativo paso en falso, Llaryora mandó a la legislatura un proyecto para aumentar los aportes personales, que naufragó antes de llegar a votarse. Los gremios estatales anunciaron movilización para el martes 26. Llaryora los convocó al diálogo. El 2024 empieza en una olla a presión.

2- El control de calle

Con menos votos de los esperados, el gobierno logró imponer su nueva ley de seguridad en la Unicameral. La iniciativa se destaca por la creación un Instituto de planificación y coordinación de las fuerzas, y la incorporación de empresas privadas. Esto motivó el rechazo de la oposición que dejó el recinto denunciando la privatización de la seguridad pública. Ahora, con un apoyo menor al necesario para semejante misión, la cartera encabezada por Juan Pablo Quinteros deberá encarar el combate contra la inseguridad y el control de la calle en medio de un clima en plena efervescencia.

3- Cucurucho nacional 

La primera reunión de gobernadores con Javier Milei dejó en claro algunos posicionamientos políticos. Con la intención de ir ganando “micrófono” a nivel país, Martín Llaryora fue uno de los voceros post reunión y confirmó el acompañamiento de Córdoba a la gobernabilidad solicitada por el presidente. Sin embargo, el titular del Panal aprovechó nuevamente la oportunidad y reiteró su reclamo por una agenda productiva y de desarrollo. A pesar de ir en el mismo sentido del cambio de época, con recortes y ajustes, Llaryora continuará con esa bandera discursiva en busca de su espacio en el peronismo nacional.