1- Córdoba reza
Las primeras medidas económicas anunciadas por el ministro Caputo son un claro ejemplo del nivel de ajuste que se viene en las cuentas públicas de todo el país. Los recortes en los ATN, la baja de la obra pública y la reducción de los subsidios en servicios representan en conjunto, un combo explosivo que genera profunda preocupación en la provincia. Esto se suma al reclamo del gobernador Llaryora al ministro Francos por la restitución del impuesto a las ganancias. El hecho de contar con cordobeses como Giordano en Anses y Mogetta en Transporte (en duda), por ahora no ha rendido los frutos esperados en el Panal. Con la caja al rojo vivo, rezar no parece ser una locura.
2- Seguridad a la cabeza
Martín Llaryora fijó su principal prioridad en las primeras horas al mando en el Panal. El gobernador avanzó a paso firme en el descabezamiento del Servicio Penitenciario y la Fuerza Policial. Además, con un ministro extra partidario como Juan Pablo Quinteros y una nueva ley de Seguridad, el movimiento sacudió las estanterías de una gestión de 24 largos años. Más policías, guardias urbanas y utilización de armas no letales, muestran claramente que esa gran preocupación de los vecinos cordobeses no fue cubierta por el gobierno saliente. La crisis social en aumento representa un profundo desafío.
3- Marca la cancha
Daniel Passerini confirmó una cuestión central en el arranque de su gestión en el Palacio 6 de Julio. El flamante intendente anticipó que buscará desanclar de la inflación los aumentos salariales de los trabajadores municipales. La desactivación de ese “lujo paritario” será sin dudas una batalla sin cuartel. Ante esto, el Suoem ya se declaró en alerta y movilización. El panorama económico es desolador para la gestión 2024. A la falta de recursos se le suma un primer trimestre con inflación más alta y desazón social en aumento. La premisa “no hay plata” anticipa un comienzo de gestión durísimo.