El Eternauta y Okupas: ¿en qué se relacionan?
La esperada serie argentina El Eternauta, protagonizada por Ricardo Darín, llegó a Netflix bajo la dirección de Bruno Stagnaro, el mismo creador que marcó época con Okupas.
Desde el 30 de abril, los primeros seis episodios de El Eternauta ya pueden verse en Netflix. Esta esperada adaptación de la icónica historieta argentina no solo destaca por su historia, sino también por quien está detrás de cámaras: Bruno Stagnaro, el mismo director que a comienzos de los 2000 revolucionó la TV con Okupas.
En esta nueva versión, Stagnaro traslada el relato del viajero del tiempo a una Buenos Aires actual, dejando atrás la ambientación original de los años 50. Esa decisión puede parecer arriesgada, pero le da a la serie una frescura que conecta directamente con problemáticas contemporáneas: la pandemia, la deshumanización y la vida individualista.
La historia comienza de manera sencilla: gente común, una casa de barrio, una partida de truco. Pero pronto todo se desmorona. La nieve mortal que cubre las calles porteñas, un fenómeno inédito para el clásico clima pampeano, pone en marcha una trama que crece de lo cotidiano a lo épico. El ritmo es pausado, acompañando la incredulidad de los personajes frente a lo que sucede.
Los detalles de El Eternauta, serie de Netflix
El elenco está encabezado por Ricardo Darín, quien encarna a Juan Salvo, un hombre maduro que no es ni un héroe tradicional ni un elegido. A su lado, nombres como Carla Peterson, César Troncoso y Andrea Pietra completan un reparto coral donde nadie se salva solo. Esto responde a la esencia del guion original de Héctor Germán Oesterheld: el héroe es el grupo, no el individuo.
Bruno Stagnaro ya había mostrado su talento para retratar la argentinidad en obras como Pizza, birra, faso y Okupas. Ahora, con El Eternauta, eleva esa mirada a una superproducción que sorprende por su nivel técnico: efectos visuales, diseño de arte y ambientación nunca antes vistos en la ficción local. Cada plano, cada escena, respira Buenos Aires, aunque su mensaje es universal.
El resultado es una serie cargada de magnetismo que no depende de la nostalgia ni del espectáculo puro. Se atreve a reinterpretar un clásico para una nueva generación, emocionando tanto a quienes conocen la historieta como a quienes se acercan por primera vez.
El Eternauta es mucho más que un evento televisivo: es un recordatorio de que, aún frente a lo imposible, somos comunidad. Y en esa clave, Stagnaro vuelve a dejar su sello, como lo hizo con Okupas. ¿El resultado? Una historia que seguramente quedará para la historia.