La tercera y última temporada de El Juego del Calamar no solo cierra las historias de los personajes más emblemáticos, sino que también abre nuevas puertas narrativas. En ese final de la ficción de Netflix aparece el enigmático destino del líder.

¿Qué pasó con el líder?

En el episodio final, la atención se centra en el recorrido del Líder, interpretado por Hwang In-ho, quien viaja a Los Ángeles con una misión pendiente: entregar el legado de Gi-hun, el protagonista original, a su hija.

La escena muestra al Líder llegando al domicilio de la joven, quien vive en la ciudad californiana desde hace años. Aunque al principio se muestra reacia a recibirlo y no quiere saber nada de su padre, termina aceptando el misterioso paquete que el hombre le entrega.

Dentro encuentra una tarjeta de contacto vinculada a los juegos y una prenda simbólica y perturbadora: una campera ensangrentada. Similar al que Gi-hun usó en su paso por la competencia.

El paquete parece funcionar como una herencia macabra. No solo contiene el dinero que había sobrado de los juegos, sino también una advertencia o recordatorio de lo que su padre atravesó. Pero la serie no se despide sin una última sorpresa.

Mientras el coche del Líder continúa su marcha por Los Ángeles, se detiene ante una escena inesperada: en una plaza pública, una mujer impecablemente vestida reta a un transeúnte al clásico ddakji. La mujer es ni más ni menos que Cate Blanchett, quien se revela como una nueva reclutadora del juego. El hombre acepta el desafío, pierde, y recibe varias bofetadas como parte del ritual.

Con este cierre, El Juego del Calamar no solo pone fin a su historia original, sino que siembra las semillas para un posible nuevo capítulo. La hija de Gi-hun y la figura de Blanchett podrían encarnar la continuidad del sistema o, tal vez, una futura rebelión.