La serie documental de Netflix sobre la Fórmula 1 ha revitalizado las conversaciones sobre las grandes hazañas y polémicas de este deporte. Una de las historias más recordadas es la rivalidad entre Ayrton Senna y Alain Prost, que alcanzó su punto más álgido en el Gran Premio de Japón de 1990. Aquella carrera quedó marcada como una de las definiciones más controversiales de la historia de la F1, cuando el brasileño chocó deliberadamente contra el francés, asegurando así su campeonato.

El origen de esta icónica rivalidad se remonta al año anterior, en 1989, también en Suzuka. Ambos pilotos de McLaren llegaron a esa carrera con tensiones crecientes y posibilidades de coronarse campeones. En la vuelta 46, mientras Prost lideraba, Senna intentó adelantarlo en la chicana, pero ambos se tocaron. Aunque el brasileño logró regresar a la pista, la FIA lo descalificó por cortar camino al reincorporarse, otorgándole el título a Prost y sancionando a Senna con una multa y una suspensión deportiva.

Un año después, Senna buscó su revancha. Llegó al GP de Japón con nueve puntos de ventaja y logró la pole position, pero la FIA decidió que debía arrancar desde el lado sucio de la pista, desatando su indignación. Antes de la carrera, advirtió que no cedería terreno en la primera curva. Prost, quien ahora competía para Ferrari, aprovechó su mejor posición de salida, pero en el primer giro, ambos colisionaron. La maniobra dejó a los dos fuera de la competencia y aseguró el segundo título de Senna.

El desenlace fue explosivo: mientras Prost calificaba la acción de "repugnante", Senna respondía tachándolo de cobarde. A pesar de las críticas, el brasileño consolidó su leyenda como un piloto implacable y decidido, dispuesto a todo para alcanzar la gloria. La victoria en la carrera quedó en manos de Nelson Piquet, pero lo sucedido entre Senna y Prost eclipsó todo lo demás.

El paralelismo con el GP de Abu Dabi en 2021, donde Max Verstappen y Lewis Hamilton llegaban empatados en puntos, hizo que los fanáticos recordaran este episodio histórico. Aunque el neerlandés no replicó la estrategia de Senna, el recuerdo de aquel polémico enfrentamiento sigue vivo como uno de los capítulos más controvertidos e inolvidables de la Fórmula 1.